Descubrir el mundo de los títeres y la magia que transmiten a los niños, fue el factor determinante que le cambió la vida al actor, director y productor Eduardo Díaz, fundador de la compañía de Teatro de Títeres Huitzilin, originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua, e integrada por cinco miembros de la familia Díaz.
La compañía nace en 2009 como un proyecto familiar dirigido por Eduardo Díaz, quien en sus inicios se desempeñó como actor en obras dirigidas a una audiencia adulta en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, donde durante 13 años aprendió el arte de los títeres al lado de la compañía Mascarones.
De regreso a Ciudad Juárez, su ciudad natal, Eduardo junto con su esposa y uno de sus hijos decidieron fundar la compañía tomando técnicas y elementos de otras culturas del mundo “pero para contar historias nuestras, de México, de nuestra cultura, de nuestras lenguas originarias y visibilizando a los grupos indígenas desde la época prehispánica hasta la actualidad”, comenta el actor en entrevista.
Explica que las temáticas de sus obras están dirigidas al público infantil y recurren a elementos pedagógicos, lenguaje sencillo, directo y comprensible para adentrar a los niños a las costumbres y cultura nacional.
Uno de los objetivos de la agrupación es dar a conocer las diferentes técnicas que se conocen en el arte de los títeres: cámara negra, muñeco bocón, marioneta de hilo, muñeco guiñol, muñeco bunraku (marionetas japonesas).
Además de informar sobre los materiales que se pueden utilizar para su construcción: hule espuma, telas, fieltros, maderas, metales, pasta de títeres, de yeso, “todo depende de lo que se quiera lograr para cada obra, porque se ha dado el caso de que el mismo material nos puede dar la temática para desarrollar una obra”.
Entre las obras que abordan historias prehispánicas y tradiciones mexicanas destacan Quetzalcóatl y el maíz, La Adelita, El día de la calaverita, El conejo y la luna, y Kuira.
Asimismo, retratan temas como el acoso escolar, la obesidad, resolución de conflictos o la prevención del delito, como se observa en las obras Game over o El rincón de los monstruos, donde hacen uso del títere como herramienta pedagógica. Dichos proyectos han tenido mucha aceptación en 120 escuelas que han visitado por los temas tan actuales, recalca Díaz.
Se han presentado en 900 escuelas que se encuentran en el estado (jardín de niños, primarias y secundarias), llevando temas sobre leyendas indígenas, la Independencia y la Revolución; al tiempo que enseñan las técnicas de construcción de títeres, escenografías y la música de acompañamiento en una obra con estas características que refuerzan la educación.