Tanto la capital del estado de Zacatecas, como los pueblos y ciudades aledañas, ofrecen innumerables atracciones a corta distancia de Ciudad de México. Historia, arquitectura y tradición se mezclan con una imponente naturaleza y una gastronomía tan auténtica como sorprendente.
Unos 600 kilómetros separan Zacatecas de Ciudad de México y el viaje, ya sea por avión o en auto, no solo vale la pena, sino que, además, podría pensarse como obligatorio.
No es exagerado decir que este antiguo tesoro colonial es un verdadero regalo para los ojos y un mimo para el paladar. La experiencia, es una especie de viaje en el túnel del tiempo hacia los confines de la historia del lindo y querido México. Su tradición, romanticismo e historia, además de su variada oferta turística, convierten a este destino en uno de los más atractivos en tierras aztecas.
Zacatecas fue un importante polo comercial, minero y religioso. Varias órdenes religiosas se instalaron a mediados del año 1500, siendo la franciscana las más destacada.
Zacatecas ofrece verdaderas gemas arquitectónicas labradas con la misma plata y minerales extraídos de sus entrañas. Un lugar en el mundo dueño de una riquísima historia y tradición que vale la pena desentrañar.
El magnífico centro histórico -declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993- deja a sus visitantes sin aliento. Y no solo por las subidas y bajadas -que las hay, y muchas- sino por una belleza y variedad singulares.
También se destacan, la Plaza de Armas, la Catedral de Nuestra Señora de Zacatecas, el Palacio de la Mala Noche y, por supuesto, caminar por la encantadora avenida Hidalgo.
Son mucho los pueblos del mundo que tienen sus celebraciones basadas en su música y peregrinajes, y Zacatecas tiene las propias: las callejoneadas.
Al ritmo del tambor, zacatecanos y turistas recorren el centro histórico de la ciudad guiados por un burro cargado de barricas de mezcal. Hay diferentes recorridos dependiendo del día de la semana y las celebraciones son siempre en horarios nocturnos. Una experiencia inolvidable.
Algo menos de 50 km separan la ciudad de Zacatecas de un sorprendente vestigio prehispánico: La Quemada.
Basta ver fotos del lugar para querer visitarlo. Este sitio arqueológico situado en el municipio de Villanueva es objeto de variadas interpretaciones que aún se encuentran en estudio. El espacio posee un gran salón de columnas con su plaza central y sus laberínticos muros son una verdadera maravilla. Hay también una cancha de pelota y una pirámide llamada Volitiva. El lugar es una intriga, ya sea para historiadores y arqueólogos, como para los turistas que la visitan y no dejan de asombrarse.
Fuente: CNN en español