Actor, productor, director y músico son las facetas en las que incursionó Héctor Bonilla, quien deja un imprescindible legado en las artes escénicas del país. reconocido artista egresado de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) cuya trayectoria siempre tuvo un compromiso social y político.

Originario de Tetela de Ocampo, Puebla, Héctor Hermilo Bonilla Rebentun estudió en la ENAT donde tuvo profesores de la trayectoria de Alejandro Jodorowsky.

Su debut profesional fue en el teatro. En su reseña de la puesta en escena de Puños de oro, de Clifford Odets –una de las primeras en las que participó Héctor Bonilla–, publicada el 29 de julio de 1962, en el suplemento Diorama de la Cultura de Excélsior, Marcela del Río aseveró: “Héctor Bonilla es un joven actor de enormes posibilidades, con presencia escénica que logra convencer y emocionar”.

Como actor, intervino en más de 140 montajes, de los que destacan Zaratustra, de Jodorowsky; ¿Mi vida es mi vida?, de Brian Clark; Los argonautas, de Sergio Magaña; El extranjero, de Larry Shue, y Almacenados, de David Desola, así como las comedias musicales El diluvio que viene, de Pietro Garinei y Sandro Giovannini, y Sugar, de Peter Stone, Jule Styne y Bob Merrill, entre muchas otras.

Su primer montaje como director fue El tejedor de milagros, de Hugo Argüelles. La misma Marcela del Río, también escribió en febrero de 1966.

En cine y televisión actuó en casi 100 producciones. En 1962 debutó en la pantalla grande en Jóvenes y bellas, de Fernando Cortés, y en 1967 en televisión, en la serie La casa de las fieras. Entre su trabajo cinematográfico se encuentran María de mi corazón, El cumpleaños del perro y Matinée, de Jaime Humberto Hermosillo; La leyenda de una máscara, de José Buil; El bulto, de Gabriel Retes, y 7:19, de Jorge Michel Grau.

El doblaje y la narración no le fueron ajenos. Narró Pedro y el lobo, de Serguéi Prokófiev, y El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns para la colección discográfica Los grandes maestros de la música clásica. En doblaje participó en las cintas animadas Ratatouille, El libro de la selva, Coco y Ana y Bruno.

Obtuvo el premio Ariel al mejor actor por Meridiano 100, de Alfredo Joskowicz, y por Rojo amanecer, de Jorge Fons, cinta que también produjo y en la que interpreta a un padre de familia en medio de la matanza de Tlatelolco. Asimismo, en 2019 fue galardonado con el Ariel de Oro en reconocimiento a su trayectoria en el cine.