En el marco de la conmemoración del Día de las Mujeres, la Coordinación Nacional de Difusión y la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), organizó el ciclo de conferencias “Mujeres y representación”.
La fascinación que ejercen las imágenes en movimiento convierten al cine en un medio de “trampas” para los espectadores, cebos visuales que, particularmente en la llamada Época de Oro, contribuyeron a fijar estereotipos y arquetipos sobre las mujeres en la sociedad patriarcal mexicana, sostuvo la investigadora Julia Tuñón Pablos durante el estreno de la serie de cuatro conferencias.
Los martes de marzo, de 17:00 a 19:00 horas, las especialistas de la DEH –Rosa Casanova García, Esther Acevedo Valdés y Consuelo Maquívar Maquívar– dictarán las ponencias “De nahuas, faldas y corsés”, “La mirada masculina y la femenina en el retrato del siglo XIX” y “La mujer en la cultura de la Nueva España”, respectivamente, cuya transmisión puede seguirse y consultarse en INAH TV.
Durante la Época de Oro del cine mexicano llegaron a filmarse hasta 150 películas en un año, cantidad que contribuyó a generar un imaginario en torno al género femenino, el cual implicó ciertas características “para que se ejerciera eso femenino” desde los ámbitos sexual y cultural. “Lo importante es preguntarse por qué y cómo se hace esto”, indicó.
La narrativa cinematográfica, dijo, “desarrolló este arquetipo de lo femenino a través de personajes dicotómicos, que se complementan y crean un absoluto. Así se tiene a la novia, la esposa, la prostituta, la joven, la vieja, la empleada, la rica, la santa y la pecadora […], mujeres que haciendo uso de sus ‘recursos’, van a manipular todas las tramas”.
De esta manera, “se plantea que las mujeres no son fiables, que con ellas no se sabe dónde acaba la virtud y empieza el vicio; subyace una entelequia muy poderosa y peligrosa de que, al final, todas son iguales. Esta idea de que, en el cine mexicano, las mujeres no se mueven: son abnegadas, sumisas, golpeadas y sin personalidad.