Conocido como maní o cacahuate, ésta planta se ha distribuido en las zonas templadas y tropicales de gran parte de América del Sur a manera de cultivo.
Esta planta alcanza los 60 cm de altura.
Debido a su fragilidad y perennidad se considera una herbácea anual.
Las hojas del cacahuete poseen peciolos largos y ovalados, con foliolos velludos.
En las extremidades del raquis se forma un ángulo en el cuál se forma la flor, que es particularmente de color amarillo anaranjado.
Las semillas de ésta planta son de color marrón rojizo, de forma oblonga y cotiledones carnosos, los cuales se generan de 3 a 10 en las flores bajas, con tendencia a enterrarse en el suelo.
Para la piel:
Sus semillas son utilizadas como laxantes discretos y gracias a sus emolientes, su aceite es usado en gran cantidad de productos dermatológicos y cosméticos.
En la lactancia:
Esta comprobado que, para las madres en lactancia, el consumo de su fruto aumenta la producción de leche. Controla el colesterol: Según estudios realizados por la Universidad de Florida, en Estados Unidos, está demostrado que el consumo frecuente de cacahuete (maní) protege al organismo de enfermedades como el cáncer y otros padecimientos a nivel coronario, pues es un fruto rico en antioxidantes, el cuál gracias a su alto contenido de grasas monoinsaturadas, es excelente para reducir el colesterol.
En dietas:
Es recomendado por nutricionistas para las dietas, pues afirman que su consumo produce una sensación de saciedad.
Esta planta presenta grandes beneficios a nivel digestivo y dermatológico.
Por su contenido calórico no es recomendable exceder su consumo, pues no siempre se digiere bien.