Su nombre deriva de Quanaxhuato, que en purépecha significa “Lugar montuoso de ranas” o “Lugar de muchos cerros”. Debe su fundación a los reales de minas del siglo XVI que al paso del tiempo la convirtieron en el centro minero más importante de la Nueva España. En razón de su belleza y trayectoria histórica, fue reconocida por la UNESCO en 1988, como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Actualmente es el principal centro turístico del estado además de ser una de las principales joyas coloniales de México.
El origen de la ciudad se remonta a las constantes inundaciones que sufría por las crecidas de los ríos Guanajuato, Laja y otros más. Estas corrientes iban acompañadas de grandes piedras y lodo que sepultaban total o parcialmente las construcciones ubicadas en el fondo de la cañada. Debido a la riqueza de los minerales de esta tierra, reconstruían sobre las ruinas de la ciudad anterior, por lo que crearon verdaderas cápsulas del tiempo, en donde se resguardaban construcciones, objetos y momentos de la historia.
Esta bellísima Ciudad Patrimonio de la Humanidad, fue un lugar clave de nuestra historia, pues aquí se llevó a cabo el acto heroico de un minero apodado “El Pípila”, quien colocó sobre su espalda una losa de piedra y prendió fuego a la Alhóndiga de Granaditas, sitio en el que se encontraban refugiados los españoles. Guanajuato es una ciudad apreciada en todo el mundo que espera tu visita.
La ciudad de Guanajuato es la capital de la entidad y en ella se pueden recorrer los callejones, las plazas y los túneles de esta ciudad virreinal.
Es una ciudad llena de color, un universo de colinas que parecen no tener fin. De aire español y muy colonial reúne lo mejor de dos mundos y con un protagonista que vela en cada puerta de Guanajuato, el Quijote.
Su capital, nacida de la explotación minera y famosa por batir y herir las colinas que la rodean por la codiciada plata. Nadie en su sano juicio construiría una ciudad de estas dimensiones en un lugar como este. Guanajuato es recorrer barrios ocultos entre las montañas y cuestas que retan el estado físico de cualquier deportista.
De día o de noche, lo mejor de Guanajuato presenta dos caras muy diferentes. El día, con una luz tan explosiva que “pinta” las fachadas de las iglesias y llena de vida los cerros de vivos colores. Las pequeñas plazas, cada una con sus encantos, animadas, con música y los pequeños mercados dan alegría a esta agradable ciudad.
Pero en Guanajuato no solo hay monumentos o lugares que visitar, hay mucha artesanía dispuesta a seducir a todo tipo de turistas. Se puede comprar desde pendientes, anillos o collares, hasta camisetas cervantinas y cerámica pintada de colores muy vivos.