Ya el filósofo René Descartes, en el siglo XVII, pensaba que la glándula pineal era el área donde residía el alma humana. Dentro de las creencias o corrientes heterodoxas, se dice que las glándulas pineal y pituitaria regulan el flujo de información entre el hemisferio derecho y el izquierdo, concretamente la pineal el hemisferio derecho y la pituitaria el izquierdo.

La glándula pineal funciona como un reductor energético, convirtiendo la energía que dimana del subconsciente en otra de menor vibración que pueda ser captada por el consciente y el inconsciente. Procesos de intercambios energéticos bastante complejos pero, al mismo tiempo, rapidísimos.

El punto central de recepción y distribución de energías se encuentra situado entre el tálamo y el hipotálamo, verdadero crisol alquímico en el que tienen lugar transmutaciones que convierten energías de baja vibración en otras de alta vibración.

Su función más importante es la de ser nódulo receptor de las energías mentales que provienen de dimensiones superiores, además de proporcionar conexiones telepáticas entre seres humanos de distintos o semejantes niveles. No obstante, quizá la conexión más importante que realiza sea con los archivos akáshicos. Interiormente tiene una serie de bastoncillos que se excitan de forma similar a los del ojo, aunque por su posición en el cerebro no le llega luz exterior. La excitación se produce por la energía mental que recibe.

Esta glándula también es nódulo emisor cuando el cerebro no consigue hallar una respuesta después de manejar los parámetros de que dispone, es decir, cuando el cerebro dice «no sé». Entonces es cuando busca las respuestas fuera y se dirige al archivo akáshico; luego, una vez recibida la información, pasa por los circuitos cerebrales hasta el consciente, aunque unida ya a los procesos generados por el propio cerebro (voz de la experiencia).
Cada vez que estamos percibiendo una corazonada o una intuición, la glándula pineal está vibrando, con más fuerza cuanto más fuerte sea la sensación. Las culturas ancestrales, siempre más adelantadas de lo que pensamos, ya sabían o intuían que esta glándula encerraba un enorme potencial.

Cosas que neutralizan las funciones de la glándula pineal:

Estrés, Cafeína, Azúcar refinado, Mercurio, Flúor.

Curar la activación de la glándula pineal permite curar traumas, enfermedades, activar la imaginación, usar la propia energía, etc. Se ha demostrado su funcionamiento en males como la depresión, problemas renales, artritis, anorexia, tabaquismo, colon irritable, diabetes, insomnio y otros.