El nombre lo recibe por la colonia en que se ubica, en el ejido de La Sabana, Acapulco. Se desconoce el nombre que tenía el lugar, ya que el asentamiento tenía varios siglos de haber sido abandonado cuando el área fue reocupada por los tezcatecos, tuztecos y yopes a finales de la época prehispánica.
Este lugar fue ocupado durante el Clásico (200 a 650 d.C.) y el Epiclásico (650 a 950 d.C.); en su auge fue uno de los grandes asentamientos que se hallaban a lo largo de la Costa Chica y Acapulco con características monumentales.
Con una extensión de 334 hectareas, el sitio estaba dividido en dos partes, de acuerdo a la investigadora Martha Eugenia Cabrera:
La primera es la ocupación permanente que cubrió la actual ciudad de Acapulco y la segunda es el lugar donde se hallan los petrograbados en las faldas del Cerro La Bola, la cual fue delimitada por los arqueólogos Miguel Perez Negrete y Edgar Pineda, siendo el área que actualmente está abierta al público.
De acuerdo al catálogo de rupestre de Ruben Manzanilla, la zona arqueológica de 5 de mayo-la Sabana posee un total de 38 petrograbados con motivos de peces marinos, animales terrestres, cuentas calendáricas horizontales y circulares, algunas representaciones humanas e imágenes del dios de la Lluvia, Tláloc.
La sociedad que creó ese asentamiento rendía culto a deidades acuáticas, realizaba rituales para propiciar la lluvia y además llevaba la cuenta de fenomenos naturales y el devenir de los astros en el firmamento, lo que les permitia ajustar sus tiempos agrícolas y establecer su calendario.
El acceso para visitar esta zona arqueológica, una vez que se reabran con motivo de la contingencia sanitaria, es llegando a la ciudad de Acapulco, en el punto conocido como Las Cruces se toma la Carretera Federal Acapulco-Pinotepa Nacional y al 6 km., se encuentra la colonia 5 de mayo.
Se toma la calle principal llamada Ciudad Perdida, a partir de López Portillo, hasta llegar al cruce con la calle Loma Bonita y de ahí se camina por una vereda (al sur) y aproximadamente a 200 m., se llega al área de petrograbados.